Dios
Dios constituye la única causa verdadera, el primum ontologicum, siendo las demás causas ocasionales; necesitamos conocer a El para así tener un conocimiento de la realidad.
El conocimiento que poseemos solamente es posible partiendo de la interacción entre el ser humano y Dios. Así, las transformaciones en objetos o pensamientos se originan en Dios y no en los objetos o los individuos.
Lo primero conocido es el Infinito, del que lo finito no es sino una limitación y el conocimiento sensible una visión defectuosa.
Por ello, en la medida en que el hombre es espíritu vive en Dios y lo mismo sucede con su obrar moral: en la medida en que el hombre aprehende el bien moral, aprehende algo de la eterna e infinita bondad y vive en Dios cuando ama con rectitud, así como vive en Dios pensando cuando piensa lo verdadero.
Hombre
Sostuvo que el hombre participa del ser de Dios, viviendo en El y contemplando en El las ideas de todas las cosas creadas.
Así conoce el mundo, inclusive las cosas corpóreas, a través de los arquetipos presentes en la mente de Dios
Conocimiento
Malebrache es el primero que se enfrenta con el problema donde lo ha dejado Descartes y, tratando de escapar al dualismo, concluye que -dada la heterogeneidad esencial entre alma y cuerpo- es imposible una acción recíproca. El cuerpo extenso capaz sólo de acción mecánica, no puede causar impresiones en el alma espiritual, inextensa.
Las ideas, pues, no pueden provenir de los cuerpos; tampoco de la imaginación. Entonces, ¿son innatas? Imposible: ¿cómo podríamos adquirir una idea innata de cada detalle del universo? Nuestras ideas, según M., no son producidas por las cosas exteriores, sino por una iluminación divina con ocasión de las cosas exteriores.
Una cosa es mover un brazo y otra el movimiento efectivo de este. Es verdad que el brazo se mueve cuando yo quiero, y yo soy así la causa natural del movimiento de mi brazo. Pero las causas naturales no son, en absoluto, verdaderas causas, sino solamente causas ocasionales que únicamente obran por el poder y eficacia de la voluntad de Dios".
Por ello, en la medida en que el hombre es espíritu vive en Dios y lo mismo sucede con su obrar moral: en la medida en que el hombre aprehende el bien moral, aprehende algo de la eterna e infinita bondad y vive en Dios cuando ama con rectitud, así como vive en Dios pensando cuando piensa lo verdadero.
Hombre
Sostuvo que el hombre participa del ser de Dios, viviendo en El y contemplando en El las ideas de todas las cosas creadas.
Así conoce el mundo, inclusive las cosas corpóreas, a través de los arquetipos presentes en la mente de Dios
Conocimiento
Malebrache es el primero que se enfrenta con el problema donde lo ha dejado Descartes y, tratando de escapar al dualismo, concluye que -dada la heterogeneidad esencial entre alma y cuerpo- es imposible una acción recíproca. El cuerpo extenso capaz sólo de acción mecánica, no puede causar impresiones en el alma espiritual, inextensa.
Las ideas, pues, no pueden provenir de los cuerpos; tampoco de la imaginación. Entonces, ¿son innatas? Imposible: ¿cómo podríamos adquirir una idea innata de cada detalle del universo? Nuestras ideas, según M., no son producidas por las cosas exteriores, sino por una iluminación divina con ocasión de las cosas exteriores.
Una cosa es mover un brazo y otra el movimiento efectivo de este. Es verdad que el brazo se mueve cuando yo quiero, y yo soy así la causa natural del movimiento de mi brazo. Pero las causas naturales no son, en absoluto, verdaderas causas, sino solamente causas ocasionales que únicamente obran por el poder y eficacia de la voluntad de Dios".
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