miércoles, 11 de junio de 2014

Tomás Moro


Tomás Moro




Moro y Dios

Moro siempre fue un católico sincero, con una intensa vida de piedad y devoción, la cual llevaba con espléndida naturalidad y sin afectación alguna.

Moro es un adelantado de lo que llegará a ser la teología del laicado que asumirá con fuerza el Concilio Vaticano II, al reconocer que todos los fieles cristianos están igualmente llamados a la santidad cada uno en el estado al que Dios lo llama.

Conocimiento

Moro nunca demostraba de qué parte estaba él mismo en la cuestión. Es el “relativismo” propio de quien, dejando a salvo la moralidad de la pretensión, no tiene el deber de juzgar cuál es la mejor solución, sino presentar al juez los mejores argumentos que abonan la solución más favorable a la persona representada.

Moro fue incorporado formalmente como miembro de la cofradía. Su condición de abogado promisorio ha de haber sido uno de los factores que influyeron en la decisión de los comerciantes. En esta cofradía ejercería Moro su papel de orador, pero fundamentalmente de asesor y de negociador

Moro no aseguraba completamente la victoria, sabiendo que el fortuna en juicio no depende exclusivamente del abogado. Pero si pensaba que la ley no favorecía las pretensiones del cliente, se lo decía francamente y le alentaba a desistirse mostrándole la injusticia en que incurriría si prosiguiera el asunto ante los tribunales.
“es engañoso separar durante este período lo ‘social’ de lo ‘político’, lo ‘legal’ y lo ‘religioso’, porque representan la misma preocupación central del hombre perdido, que consistía en entender y organizar el paso temporal de éste sobre la tierra.

La ley civil por tanto es necesaria y buena, pero no obliga a la conciencia humana cuando se contrapone a la ley superior dictada por la Naturaleza y su Creador.

Tomás escribiera duramente contra las ideas protestantes, llegando a sostener en su Confutation a Tyndale que se sentía obligado por su cargo a curar el mal de la herejía no sólo con buenas razones, sino también con decretos y estatutos oficiales, y que si se confirmara que es un mal incurable estaba dispuesto a amputar la parte dañada a favor de la salud de la totalidad, para impedir que el resto fuera infectado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario