martes, 17 de junio de 2014

Kant


Dios

Kant piensa que sólo llegamos a los fenómenos de la realidad, pero no a la realidad en sí misma. Por esto es imposible demostrar la existencia de Dios según su filosofía.

Sin embargo ya que la razón teórica o pura no ha podido llegar a Dios, Kant lo intentará mediante la razón práctica o moral.

No es buen fundamento la necesidad que nosotros tenemos de Dios para afirmar su existencia porque este sentimiento de necesidad puede variar. Se puede probar la existencia de Dios a partir de las realidades del mundo y luego, en un segundo plano, hablar de la necesidad que los hombres tenemos de él.

Hombre

Kant parte de que el hombre, según su naturaleza, es un conjunto de disposiciones originales: Disposición a la animalidad como serviviente (capacidad técnica.)

Disposición a la humanidad, como ser viviente y racional (capacidad pragmática)

Disposición a la personalidad, como ser racional y moral (respeto a ley moral).

Para Kant, ilustrado como era el, el hombre es concebido como un ser dotado derazón, capaz de conocer la realidad por medio de dicha capacidad, un ser emancipado de un ser superior, secularizado, libre de las ataduras de la ignorancia

Conocimiento

Al afirmar que el conocimiento se limita a la experiencia, la filosofía kantiana se aproxima al empirismo, y al afirmar que no todo el conocimiento proviene de la experiencia se acerca al racionalismo. Pero también es esencial en el pensamiento kantiano la influencia del tercer gran movimiento filosófico de la modernidad, laIlustración. El proyecto ilustrado es un esfuerzo común de transformación y mejora de la humanidad mediante el desarrollo de su propia naturaleza racional. Para realizar este proyecto se propone como tareas fundamentales el desvelamiento de las leyes de la naturaleza y el ordenamiento racional de la vida humana

La libertad es una evidencia de experiencia y no tiene que ser demostrada.

La continuación del desarrollo moral después de la muerte supone aceptar que tras la muerte hay tiempo; cuestión que no es posible probar.

Voltaire


Dios

Voltaire expresa en esta obra su postura religiosa, según la cual Dios está presente en la naturaleza como entidad creadora y ordenante, aunque no en la historia, ámbito de desenvolvimiento del ser humano.

No daba crédito a la creencia en un Ser Supremo a través de las ideas innatas cartesianas. Para él, el conocimiento de un Dios no lo adquirimos por naturaleza, porque ninguna idea nace con nosotros, como hemos visto, y porque si así sucediera, todos lo hombres tendrían la misma idea de él.” Las ideas no son
como la luz, que llega a nosotros en cuanto abrimos los ojos. La idea de Dios tampoco es una idea filosófica, porque los hombres conocieron dioses antes de que hubiera filósofos”.

Creía que la existencia de Dios podía ser probada mediante el argumento cosmológico: 
 
“No tenemos noción perfecta de la Divinidad. Sólo tenemos de ella sospechas, verosimilitudes y probabilidades. Sólo conseguimos reunir un reducido número de incertidumbres. Existe algo eterno, pues nada sale de la nada. Esto es una verdad indudable en la que descansa la mente. Toda obra que nos descubre medios y fin, nos anuncia al obrero.”

Hombre

Cada hombre, en el fondo de su corazón, tiene derecho a creerse enteramente igual a los demás hombres; de ello no se desprende que el cocinero de un cardenal deba ordenar a su amo que le haga la cena; pero el cocinero puede decir: "Soy hombre como mi amo; he nacido llorando como él; él morirá como yo entre las mismas angustias y las mismas ceremonias. Los dos tenemos las mismas funciones animales. Si los turcos se apoderan de Roma, y entonces yo me convierto en cardenal y mi amo en cocinero, lo tomaré a mi servicio".

Voltaire no cree en ninguna inocencia y bondad naturales del hombre. No es la sociedad, el Estado o la cultura la que pervierte y denigra esa inocencia primigenia del hombre, antes bien, es el propio hombre el que genera las propias condiciones de su miseria. La ética no se halla subordinada a la política, porque se trata de un ámbito inmanente a nuestra propia naturaleza.

Conocimiento

Voltaire se convirtió en un símbolo del enciclopedismo y de las modernas ideas ilustradas que defendían la libertad de pensamiento, la tolerancia y la justicia como instrumentos superadores de la ignorancia, el dogmatismo y las supersticiones de toda índole.

Pese a compartir muchos de los postulados básicos aceptados por la mayoría de los ilustrados ingleses y franceses, a Voltaire le separa de ellos la carencia de un optimismo metafísico y la fe en un progreso humano capaz de arrebatarnos de la mezquindad y de la ruindad en la que estamos inmersos.

El único remedio para hacer la vida tolerable que acepta Voltaire en su obra Cándido o el optimismo es el trabajo. De nada sirve buscar fines ni mucho menos presuponer que existe cierto orden racional en el mundo susceptible de crear las condiciones necesarias en las que pueda desarrollarse una vida virtuosa y justa. Como dice chistosamente en la mencionada obra, el fin con el que Dios creó el mundo fue "para hacernos de rabiar".

Rousseau


Dios

Para llegar al descubrimiento de Dios siempre pareció darle más importancia a lo que él llamaba la “religión natural”, que se basaba en la naturaleza y en la conciencia humana, que a la revelación bíblica.

Los principales dogmas de fe de tal religión natural eran la existencia de Dios, deducida de la necesidad de una primera causa para el movimiento de la materia, y la espiritualidad del alma que garantizaba también su inmortalidad.

Percibo a Dios por todas partes en sus obras; lo siento en mí, lo veo a mi alrededor, pero tan pronto como quiero contemplarlo en sí mismo, tan pronto como quiero buscar dónde está, qué es, cuál sea su sustancia, se me escapa, y mi espíritu turbado ya no percibe nada.” 

Medito sobre el orden del universo, no para explicarlo mediante vanossistemas, sino para admirarlo sin cesar, para adorar al sabio autor que en él se deja sentir. Converso con él, inundo todas mis facultades de su esencia divina; me enternezco con sus beneficios, lo bendigo por sus dones, pero no le ruego.

Hombre

Rousseau entiende que la descripción de Hobbes referida al hombre en el estado de naturaleza, refiere en realidad al hombre moderno, a quien lo juzga encadenado y alienado de su ser original.

Rescata como principal valor humano a la virtud, a la que define como la ciencia sublime de las almas simples, y que se aprecia cuando un individuo se escucha a sí mismo; es decir, a su propia conciencia. Entiende al hombre moderno alienado de la noción de virtud y atormentado consigo mismo.

Conocimiento

Argumenta que las ciencias y las artes no han mejora­do al hombre, sino que han ayudado a corromperlo, contribuyendo a crear sociedades artificiales en las que domina la desigualdad y todos los males que esta trae consigo.


En estado de naturaleza los hom­bres viven aislados, ya que la única comunidad natural es la familia, y solo durante el tiempo que los hijos precisan de sus pa­dres; luego los vínculos familiares se disuelven.

Dado que, en tal estado, los hombres no han sido corrompi­dos, los seres humanos son, en su mayoría, fuertes, sanos y autosuficientes.

En tal estado los hombres son básicamente iguales, ya que las desigual­dades que existen se deben únicamente a sus condiciones físicas.

En estado de naturaleza los hombres se mueven en virtud de dos pasio­nes o impulsos básicos, que son el deseo de autoconservación (le lleva a intentar satisfacer sus escasas necesidades naturales) y la piedad o compasión por sus semejantes (impulso que nace de la capacidad de identificarse con los demás y que se obser­va, incluso, en algunos animales).

Montesquie



Dios

Dios se vincula con el universo en su doble rol de creador y conservador del mismo. Las leyes destinadas a la creación del universo son idénticas a las leyes destinadas a su conservación

Dios actúa en función de reglas porque tiene conocimiento de ellas. Las conoce porque él fue su creador. Las creó porque se relacionan con su sabiduría y su poder.

Hombre

El hombre, como ser físico, es, como los demás cuerpos, gobernado por las leyes invariables; como ser inteligente viola sin cesar las leyes que Dios ha establecido y cambia las que el mismo estableció. Hace falta que se conduzca y, sin embargo, es un ser limitado; está sujeto a la ignorancia y al error, como todas las inteligencias finitas; incluso pierde los débiles conocimientos que posee. Como criatura sensible se encuentra sometido a mil pasiones; semejante ser podía olvidar a Dios en todo instante.

Dios se lo recuerda por las leyes de la religión; semejante ser podía olvidarse en todo instante de sí mismo; los filósofos le han recordado por las leyes de la moral: hecho para vivir en sociedad podía olvidar a los demás; los legisladores le han hecho entrar en sus deberes por las leyes políticas y civiles.

Conocimiento

Montesquieu comienza su análisis de lo que él denomina “espíritu de las leyes” brindando el concepto de “ley”. “Las leyes, en su significación más extensa, no son más que las relaciones naturales derivadas de la naturaleza de las cosas” (1). Todos los seres, -la divinidad, los hombres y los animales-, poseen sus leyes. Es un absurdo considerar, como lo han hecho algunos, que lo que se ve en el mundo es fruto de una fatalidad. 

Montesquieu está convencido de que el mundo inteligente-el mundo de los hombres-deberá remar bastante antes de estar tan bien gobernado como el mundo físico. A diferencia de los miembros del mundo físico, los integrantes del mundo inteligente no son proclives a obedecer permanentemente las leyes invariables que rigen su comportamiento.


Las leyes de la naturaleza

Montesquieu distingue dos tipos fundamentales de leyes: las leyes naturales y las leyes positivas. Las leyes naturales se derivan sólo de la constitución del ser del hombre. Sólo se las conoce en plenitud si se considera al hombre en estado de naturaleza, es decir, en el momento previo al surgimiento de las sociedades. Las leyes que lo rigieron en ese estado de naturaleza, previo al Estado, son las leyes naturales.

Montesquieu distingue diversos tipos de leyes naturales. La primera (por su relevancia, no por el orden de las mismas leyes, aclara Montesquieu) es aquella que lo impulsa hacia Dios. En el estado de naturaleza el hombre posee la facultad de conocer pero es un ignorante. Sus primeras ideas no serían especulativas, es decir, el hombre natural carecería de la capacidad para filosofar. En ese mundo presocietal sólo se preocuparía por sobrevivir. Sería consciente de su debilidad, sus limitaciones físicas, y sería extremadamente tímido. Todos se sienten inferiores. Ello explica por qué no se declaran la guerra. El estado de naturaleza de Montesquieu nada tiene que ver con el de Hobbe

Berkeley



George Berkeley (1685-1753) propuso una teoría filosófica que fue denominada por él "inmaterialismo" y que recibió más tarde el nombre de idealismo. Elabora una nueva versión metafísica del empirismo al servicio del teísmo cristiano creacionista

El inmaterialismo de Berkeley es una ontología que sólo admite dos especies de existencias, la de las ideas que son pasivas y dependientes y la de los espíritus que son activos, siendo Dios el espíritu supremamente activo, que ha creado todo lo demás

Berkeley estaba convencido de que al exponer esa teoría minaba los argumentos básicos de los materialismos. Berkeley creía que el inmaterialismo permitía establecer una prueba nueva e irrecusable de la existencia de Dios.

El mundo no es trascendente, no es separado, no es independiente; solamente existe "en el acto en que" (desde el lado divino) la mente infinita "lo crea" o (desde el lado humano) la mente finita lo percibe

Hombre

Es ciertamente extraño que haya prevalecido entre los hombres la opinión de que casas, montes, ríos, en una palabra, cualesquiera objetos sensibles, tengan existencia real o natural distinta de la de ser percibidos por el entendimiento.

Todo el conjunto de los cielos y la innumerable muchedumbre de seres que pueblan la tierra, en una palabra, todos los cuerpos que componen la maravillosa estructura del Universo, sólo tienen substancia en una mente; su ser (esse) consiste en que sean percibidos (percipi) o conocidos.

Todas las ideas son particulares "Me es imposible formar ideas abstractas, dice Philonous a Hylas en el Diálogo I. Las supuestas ideas generales de Locke no son más que nombres comunes, con los cuales hacemos referencia más o menos indistinta o confusa a diversas ideas particulares.

La distinción entre cualidades primarias y secundarias es una distinción abstracta e insostenible. Además es un supuesto arbitrario que contradice toda evidencia empírica. En la experiencia aparecen cualidades primarias y secundarias inseparablemente entretejidas y todas al mismo tiempo

Hume



Dios

Hume estudia el tema de Dios y la vida futura, teniendo en cuenta las críticas realizadas a la idea de sustancia y al principio de causalidad. En virtud de ello, Hume no reconocerá validez alguna a las demostraciones metafísicas de la existencia de Dios, considerando que dicha existencia no es demostrable racionalmente.

Si la idea de sustancia es una idea falsa, ya que no le corresponde ninguna impresión, ya podemos adjetivarla como "externa", "pensante" o "infinita", que ello no hará que sea menos falsa. Así, es inútil partir del análisis y las determinaciones de la sustancia para intentar demostrar la existencia de una sustancia infinita, de Dios.

El argumento afirma que de la observación de la existencia de un cierto orden en la naturaleza se infiere la existencia de un proyecto y, por lo tanto, de un agente, de una causa inteligente ordenadora.

Conocimiento

Tenemos una tendencia natural a creer en la existencia de cuerpos independientemente de nuestras percepciones, tendencia compartida tanto por el vulgo como por los filósofos, al menos en cuanto a las acciones ordinarias de la vida cotidiana de éstos se refiere.

La creencia en la existencia independiente de los objetos externos la atribuye Hume a la imaginación, debido a la constancia y a la coherencia de las percepciones. No se puede justificar tal creencia apoyándose en los sentidos, ni apelando a la razón.

Para la tradición metafísica la existencia del alma, una sustancia, material o inmaterial, subsistente, y causa última o sujeto de todas mis actividades mentales (percepción, razonamiento, volición...) había representado uno de los pilares sobre los que ésta se había desarrollado.

Locke

Dios

Tenemos un conocimiento cierto y demostrativo de la existencia de Dios. La demostración depende de ciertos elementos del conocimiento intuitivo, tales como el de mi propia existencia y del principio de que un ser real no puede haber sido producido por nada.

Locke insiste en probar, a partir de esto, que debe existir un "ser todopoderoso" que debe ser también un "ser cognoscente", ya que es imposible que "cosas enteramente desprovistas de conocimiento y que actúan ciegamente [...] puedan producir un ser cognoscente.

Agreguemos que, si creyó que Dios podía haber creado una materia pensante, rechazaba aquella forma de materialismo según la cual los espíritus y los pensamientos de los hombres son el resultado del juego ciego de fuerzas materiales.

Hombre

Mediante la fuerza corporal, puede dominar a todos los otros, independientemente de las circunstancias, tanto por fuerza vital como por mezquindad. 

En lo mental, todos estarían satisfechos consigo mismos.

“…no hay, en efecto y de ordinario, un signo más claro de distribución igual de una cosa, que el hecho de que cada hombre esté satisfecho con la porción que le corresponde…”
La fuerza y la astucia son dos cualidades esenciales en el estado de naturaleza, ya que permitirán la propia conservación. 

Finalmente, todos queremos las mismas cosas,
De aquí que el hombre es un lobo para el hombre:

“…un agresor no teme otra cosa que el poder singular de otro hombre…

Conocimiento

Dícese que un Estado ha sido instituído cuando una multitud de hombres convienen y pactan, cada uno con cada uno, que a un cierto hombre o asamblea de hombres se le otorgará, por mayoría, el derecho de representar a la persona de todos (es decir, de ser su representante). Cada uno de ellos, tanto los que han votado en pro como los que han votado en contra, debe autorizar todas las acciones y juicios de ese hombre o asamblea de hombres, lo mismo que si fueran suyos propios, el objeto de vivir apaciblemente entre sí y ser protegidos contra otros hombres…”7

La transición hacia el Estado que plantea John Locke, se produce cuando la justicia es imparcial. Previo consenso entre las personas, habría una transmisión de sus derechos naturales en el Estado. Funcionan como en Hobbes, la regla de la mayoría porque nada sería posible en una sociedad disuelta.

Esta regla implica el consentimiento de todos, para asegurar su sometimiento a la voluntad del pueblo. Si actúan contra éste, están en un estado de naturaleza; al relegar, el hombre, sus derechos sobre la base de un acuerdo compartido, da lugar a un gobierno civil legítimo, que impone una dificultad, a saber, los individuos en virtud del mismo.